“Es imposible no comunicar” Paul Watzlawick
Parece que todo lo que existe a nuestro alrededor, lo animado y lo inanimado, lo voluntario y lo involuntario, lo propio y lo ajeno nos están enviando constantemente señales, y que esto es inevitable. Todo comunica, y es que hasta sin movernos ni parpadear ya estamos lanzando pequeñas pinceladas sobre nosotros.
En clave de marca personal, la comunicación o visibilidad, es lo que permite dar vida a una buena estrategia, factor imprescindible para que nuestra marca transmita coherencia, sea comprensible y lo más importante; conecte.
Por eso la preparación verbal y un buen plan de comunicación -online y offline – nos ayudarán a idear, seleccionar y organizar nuestros mensajes con mayor confianza y seguridad.
Hemos hablado en otras ocasiones de la comunicación en las redes sociales, hoy nos enfocaremos en las habilidades de comunicación verbal. O dicho de otra manera, la capacidad de dialogar sin hacer monólogos o de transmitir nuestras ideas con autoridad, confianza y personalidad.
¿Cómo puedo desarrollar mis habilidades verbales?
El desarrollo de nuestras habilidades está estrechamente relacionado con: la preparación, el conocimiento, la inteligencia y la convicción de las ideas. Para prepararnos verbalmente hemos de actuar con inteligencia y precisión. Yo soy incapaz de hablar sobre un tema sin estudiarlo, estructurarlo e impregnarme de sus ideas. Una vez me siento como pez en el agua paso a darle mi “estilo”, y eso lo dota de personalidad propia y convicción a la hora de comunicarlo.
Estos son los pilares para trabajar nuestra comunicación verbal o comunicar “con marca”:
- Preparación: Primera toma de contacto con un tema. Fase en la que hay que observar, leer y hablar con especialistas para formarnos ideas originales con referencias de valor. Lo más importante es formular razonamientos propios para compararlos con los de otras personas y así conseguir madurarlos hasta que sepamos que dominamos el contenido con la seguridad.
- Conocimiento: Seleccionar los contenidos y “hacerlos nuestros”. Adquirir información, obtener datos y consultar fuentes relacionadas. Pero no hay que basar las nuestras conclusiones en una serie de pruebas o datos, la clave está en tener evidencias de la verdad que queremos presentar junto con nuestra apreciación e interpretación personal. Eso es lo que dota de autenticidad y carisma lo que anhelamos transmitir.
- Inteligencia: Aquí el sentido común y aprender de los demás es fundamental para adquirir más conocimientos y reforzarlos. En la comunicación oral la inteligencia nos sirve para comprender lo que decimos y poder responder con soltura a cuestiones o inquietudes propias o de nuestros receptores.
- Convicción: Es “creer” en lo que vamos a decir. Si queremos convencer a los demás de nuestras ideas es imprescindible creer en lo que vamos a comunicar. Eso es lo que va a dar vida, expresividad, y fuerza a nuestra comunicación y lo que va a permitir que “lleguemos” a nuestros receptores. Un buen comunicador es aquel que es capaz de madurar sus ideas hasta que sabe que su palabra será honesta y de valor para los que lo escuchan.
Cuando te enfrentes a dar una clase, impartir una charla o afrontar una reunión importante y quieras lograr impacto con tu comunicación pon atención en estos pilares, te darán la ventaja y el impulso que necesitas.
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